martes, 14 de julio de 2009

Volvamos a tomar café

Apenas le conozco. He coincidido un par de veces con él a la hora del desayuno. Creo que al ser los dos únicos “hombres” del grupo, se tejió rápidamente una solidaridad de género casi necesaria ante tanta mujer. Pero su ausencia llegó. Protagonizó breves encuentros mojados en café y yo fui testigo de eso y de poco más. Y su ausencia se mastica. Más ahora que está caminando sobre una cuerda muy floja sin red que amortigüe un golpe de esperanza. Nadie se merece algo parecido. Recuerdo cómo Superman podía hacer girar el mundo en sentido contrario a su rotación y deshacer todo tipo de desgracias, las merecidas y las injustas. Me gustaría poder hacer lo mismo para los conocidos y los desconocidos. Me gustaría incluso que alguien también me lo pudiera hacer a mí… Pero en una de estas me despierto y veo que la realidad mundana es mucho más cruel. De verdad que lo siento. Mucho. No te conozco nada pero estas breves líneas son para ti. De verdad espero que venga ese Superman y te conceda el único deseo. Vuelve y sálvame a mí de tanta compañera. Volvamos a tomar café juntos. Volvamos a mirar al horizonte…
Para Jose Antonio.
Y al final no ha podido ser. Mierda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario